Cuando se ha perdido un ojo, es importante proteger el restante y darle la mejor visión posible. Luego de medirse la vista por un especialista, se debe mandar hacer un lente que sea resistente. En el mercado, tenemos disponible el cristal, la resina y el policarbonato, siendo este último, el más resistente a los impactos. Es muy difícil que el policarbonato se astille, es liviano y tiene un alto índice refractivo, es decir, que un lente con una medida alta no se ve muy grueso, por lo que es muy conveniente en comodidad y protección. La desventaja es que se raya con cierta facilidad y no se puede teñir.
Si un usuario de prótesis ocular quisiera un lente levemente coloreado o un lente de sol con medida, tendría elegir resina, por ser el material que sí se puede teñir. El lente con un color ligero permite disimular algún defecto en párpado o en el movimiento de la prótesis ocular por lo que algunos pacientes lo usan, incluso sin tener medida. En todos los casos, es importante agregar filtro UV.
Los lentes fotocromáticos que no son de vidrio son muy buena opción también, aunque a mayor costo. Permiten usar el mismo lente que cambia de color cuando se pasa de un lugar oscuro a uno con claro ya que cambia de color según la luz.
Las monturas gruesas y pequeñas pueden reducir el campo visual, que de por sí ya es limitado por la pérdida ocular, por lo que se recomienda un armazón delgado pero resistente. Para algunos tipos de deporte de contacto, se podría usar lentes de protección panorámicos, sobretodo, en casos de miopía alta, donde hay más posibilidades de un daño en la retina por un golpe.
Rehabilitación estética en pérdida ocular 